A la hora de contratar un hosting para nuestro sitio web, tenemos que valorar nuestras necesidades para tomar la decisión más acertada. Contratar el más famoso o el más barato o el que usa un conocido, no tiene por qué ser la mejor decisión para nuestra página.
Los factores principales que diferencian un hosting de otro son:
- El espacio en disco.
- La transferencia mensual. (Tráfico estimado de usuarios)
- Cantidad de cuentas de correo alojadas.
- Lenguajes de programación.
- Tipos de bases de datos.
- Número de bases de datos.
- Soporte técnico.
De este modo, no necesita el mismo tipo de alojamiento una web informativa de una pequeña empresa que sólo le interesa decir dónde está y qué servicios presta, que una multinacional con una base de datos de sus clientes y cientos de productos con sus fotos y un tráfico mensual de visitas muy alto. Lo que sí necesitan ambos tipo de negocio es un soporte adecuado, rápido y eficaz para solventar cualquier tipo de incidencia. Por ello siempre hemos de tener cuidado con las propagandas de hostings low cost, como ya os explicamos en este otro post.
Vamos a ver los principales tipos de alojamientos:
1. Hosting gratuito: Es un alojamiento por el que no pagamos nada, con funcionalidades bastante limitadas, sobre todo en temas de espacio y transferencia. Suelen ser gratis porque tienen bastante publicidad alojada.
2. Hosting compartido: Un alojamiento con varios sitios web compartiendo espacio y recursos. Suele salir bastante económico si no se necesita demasiado espacio o se esperan demasiadas visitas. La desventaja es, que si una de las páginas realiza prácticas que la conduzcan la IP a una lista negra, todas se verán afectadas.
3. Hosting VPS (Virtual Private Server): En este caso, la empresa de hosting divide un servidor real en varios servidores virtuales, de manera que cada servidor virtual es utilizado de manera privada e independiente, aunque estemos compartiendo recursos con el resto de sitios alojados en ese servidor real. La ventaja es que podemos reservas ciertos recursos para nuestro propio uso, los utilicemos o no, por lo que el rendimiento de los demás sitios en el servidor real no afectará al nuestro.
4. Hosting especializado/gestionado: Hoy en día hay muchos gestores de contenidos con hosting propio en su aplicación, como el caso de WordPress, Magento o Joomla, entre otros. La ventaja de estos servidores es que están optimizados para la aplicación en cuestión y que optimiza el uso de la página ahorrando trabajo al dueño del sitio. La desventaja suele ser que el precio es bastante más elevado, sobre todo para las webs con mucho flujo de visitas.
5. Cloud hosting: En el alojamiento en la nube, los recursos de numerosos servidores se combinan actuando como un único servidor para nuestro sitio web. La ventaja es que es una opción dinámica y flexible, que se va adaptando a la cantidad de recursos que necesitamos en cada momento. También es fiable, porque si uno de los servidores que nos proveen de recursos deja de funcionar, automáticamente otro servidor ocupará su lugar. En este caso, pagaríamos según los recursos que vamos utilizando en cada momento, en lugar de una cuota fija por los recursos que pensamos que vamos a utilizar. Aquí es donde tenemos que valorar si nos sale o no rentable según el crecimiento del sitio web.
6. Servidor dedicado: Es un servidor de uso exclusivo, en el que podemos administrar todos los recursos de la máquina como queramos. Está pensado para páginas con un volumen de tráfico muy alto. El coste es bastante superior en este caso. En muchas ocasiones, empresas de alojamiento compran o alquilan estos servidores para alojar las diferentes páginas de sus clientes en una sola máquina.
¿Qué solución me viene mejor?
En casi todos los casos, un hosting compartido suele ser la mejor opción relación calidad/precio. En páginas complejas con un gran gasto de recursos (espacio, varias webs asociadas, grandes bases de datos, etc.) y un flujo muy alto de visitas al mes, necesitaríamos valorar un hosting especializado, dedicado o en la nube.